martes, 25 de octubre de 2011

¿CÓMO ME LO PONGO?..... EL EYELINER

Perfilar un ojo es una de las fases del maquillaje más críticas, especialmente para las manos menos avezadas.


Por eso es importante, antes de hacer nada, analizar nuestra fisonomía para saber qué trazo es el más favorecedor y conocer nuestras limitaciones artísticas, en función de las cuales es conveniente elegir un formato u otro (tal y como explico más abajo).


Ha de aplicarse en el exterior y a ras de pestañas, después del fondo de maquillaje, el corrector y las sombras e iluminadores, y antes de la máscara.

Dependiendo del grosor, el punto desde el que parte el trazo y dónde termina se conseguirá un efecto diferente: agrandar o achicar el ojo, rasgarlo, almendrarlo o producir la ilusión óptica de separar o juntar los ojos.


Lo primero es saber qué tipo de ojos tienes:



Juntos: si están muy próximos entre sí, hay que aplicar el eyeliner prolongando su terminación hacia la sien para alargarlos.

Caídos: son aquéllos en los que el lagrimal está situado en una posición más alta que el rabillo del ojo. El dibujo debe trazarse desde el punto más alto del ojo (generalmente, la parte central) hacia fuera para elevarlos.

Rasgados: son los que trazando una línea desde el lagrimal al rabillo del ojo, éste último está más alto. En este tipo de ojos, hay qu seguir la línea natural de las pestañas, delineando desde el lagrimal hasta el final de las pestañas siempre con el mismo grosor.

Almendrados: son los más proporcionados, pues el lagrimal y el rabillo están a la misma altura. El groso de la línea debe ir de menos a más. Se tiene que delinear desde el lagrimal e ir alargando y ensanchando el trazo hasta llegar al extremo, elevándolo un poco.




María Navarro Delgado

Makeup Artist

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